martes, 26 de mayo de 2015

La hechicera de Kabah, mamá del Enano de Uxmal


 La antigua ciudad maya de Uxmal es considera actualmente Patrimonio Cultural de la Humanidad, título otorgado por la UNESCO en 1996. Uxmal se encuentra ubicada en el Estado de Yucatán, México. Fue construida durante el periodo clásico y tiene una altura de 35 metros, con una base rectangular cuyo lado mayor mide 53.5 m. Edificada totalmente de piedra.

 Entre sus edificios sobresale La Pirámide del Adivino o del Enano de Uxmal, del cual existe una leyenda relacionada con su llegada al trono y cómo se convierte en el rey de esa región, gracias a la orientación y protección de su mamá, la hechicera de Kabah.

 La leyenda nos narra acerca de una sabia anciana dedicada a la hechicería o brujería, conocedora de los secretos de la herbolaria y considerada una chamán. Los chamanes tenían diversas funciones como médicos,  interpretadores de sueños, tener la capacidad de comunicarse con los dioses, con los muertos, ser curanderos, adivinadores, etc.

Ella no podía tener hijos y le pedía a los dioses que le concediesen ser madre. Uno de los dioses, Chic- Chan (Dios de la fecundidad) se apiadó de ella y le puso en su camino un huevo, que ella llevó a su casa y lo cuidó con mucha ternura. Grande fue su sorpresa que al paso del tiempo, del huevo brotó un niño que tenía la capacidad de adivinar el futuro, por lo que se le llamó el Adivino, el cual fue aprendiendo todo lo que ella le enseñaba, pero no crecía a pesar de que llegó el tiempo en que le creció la barba y los cabellos. El enanito era muy curioso y quería saber que tenía oculto su mamá detrás del fogón al que ella siempre le pedía que no se acercase, ni tocase nada de ahí. Un día, aprovechando que ella salió a realizar su trabajo, él encontró oculto entre las cenizas, un tunkul (instrumento de percusión, hecho de madera), y lo tocó. Fue tan fuerte el sonido que se escuchó en toda la región. La pobre hechicera regresó desesperada a su casa pues sabía que quien tocase el tunkul que ella protegía, retaba al rey gobernante de ese momento y si le ganaba se convertiría en el nuevo rey. Para ello tenía que vencerlo en un reto. Tan pronto llegó, también llegaron los emisarios del rey de Uxmal para pedirle que se presente en el palacio pues tenía que enfrentar al rey en varios retos muy difíciles. El hijo de la hechicera pasó con éxito todas las pruebas. La última prueba era romperles con un mazo de piedra toda una cesta de cocoyoles en la cabeza de cada uno. Primero fue en la cabeza del enano, quien aguantó y al final se levantó sonriente. Subió el rey al cadalso para la prueba, pero al primer golpe, cayó muerto. De esta manera el enano se convirtió en el rey. Se cuenta que fue gracias a la magia que su mamá hizo, al proteger la cabeza del enano con una especie de casco que parecía la cabeza rapada de su hijo. Otra parte del misterio, es que el Castillo del Adivino fue construido en una sola noche, mientras la población dormía.

 Entre los consejos que su mamá le dejó está:

“Se justo y enfrenta siempre la verdad, no olvides que es más importante ser bueno que ser justo.”

“Sigue la voz de los dioses, pero oye la de los hombres.”

“ Nunca desprecies a los humildes y desconfía siempre de los poderosos”.



 
 

martes, 19 de mayo de 2015

La Malinche o Malitzin

La Malinche fue una de las 20 indígenas regaladas a Hernán Cortés en abril de 1519, por el cacique de  Tabazoob, actualmente Tabasco, México.
 Malitzin, Malinche o doña Marina (nombre puesto al ser bautizada al catolicismo), tuvo una vida difícil, pues a pesar de haber sido la hija del cacique de la comarca de Coatzacoalcos (en el Edo. de Veracruz, México) fue vendida por su propia mamá cuando su padre murió, ya que se había vuelto a casar y quería que su nuevo hijo ocupase el puesto de su difunto esposo.
 Al paso de los años, Malitzin se convierte en una mujer de extraordinaria belleza e inteligencia, y además poseía una gran facilidad para las lenguas. Dominaba el maya, y pronto aprendió el náhuatl y el castellano.
 Cuando fue regalada a Cortés, éste no conocía estas habilidades de la Malinche y la entrega a don Alonso Hernández de Portocarrero. Al darse cuenta de que ella podía comunicarse fácilmente con los indígenas y con Jerónimo de Aguilar, la lleva con él para que le traduzca e informe de los planes de defensa y ataque que los indígenas planeaban para liberarse de la conquista española.
 Fue sin duda una mujer odiada y repudiada, tanto por los indígenas como por los españoles, quienes la discriminaban por su origen y los indígenas la veían como una traidora a su causa.