miércoles, 24 de junio de 2015

Leyenda colonial en la Nueva España "La dama del abanico"

                                                   LA DAMA DEL ABANICO

        Leyenda de la Nueva España, México, ocurrida durante la época colonial en el Callejón de las Golosas, actualmente Calle República de Haití, en el Distrito Federal.
       Vivía en aquel tiempo un hombre muy rico, pero parrandero y desvergonzado llamado Longinos Peñuelas. La lujuria guiaba su vida y para conquistar a la mujer que deseara utilizaba cartas de amor, regalos costosos, engañosas caricias, etcétera,  pero cuando lograba su objetivo las abandonaba sin importarle su suerte, si estaban embarazadas, se suicidaban o eran encerradas en algún convento por sus padres o hermanos para cubrir la deshonra familiar..
     Cierta ocasión cuando regresaba a su casa a media noche, después de abandonar el lecho que compartía con una mujer casada, pasó por una casa de dos balconcillos, donde en uno de ellos estaba una hermosa y joven mujer de aproximadamente 20 años, vestida de blanco, con un abanico de encaje en una mano que miraba extasiada las estrellas y se abanicaba fuertemente. En eso, se le cayó el pañuelo y cuando Longinos caballerosamente se lo entrega queda prendado de su delicada belleza.
Platicaron un rato y acordaron verse las siguientes noches, a esa misma hora para evitar que su padre los descubra.
        Una de esas noches, cuando él trataba de besarla, ella interpuso su abanico de concha nácar que al caer se partió en dos, quedándose ella con una de las dos mitades.
        Pasadas algunas noches y ante la insistencia de él para que ella escape de su casa, ella le pide que por dos noches no se vean y que a la tercera ella se iría con él, pero llevaría consigo a su pequeño hijo, pues tenía uno y no podía separarse de su bebé. Él acepta y cuando regresa a buscarla muchas horas antes de lo pactado se asombra al notar que la casa parecía vieja y abandonada. Al llamarla y no obtener respuesta le pregunta a dos vecinas que pasaban por ahí.
      Ellas le explican que desde hace 10 años la casa que era propiedad de don Hermenegildo Alcérreca y de su hija Rosaura, estaba abandonada. Ellos sólo la vivieron unos meses y luego desaparecieron. Sin embargo, los vecinos afirmaban que de esa casa salían gritos largo, desgarradores como de un alma en pena.
          Longinos preocupado mandó traer un cerrajero y un sacerdote;  al entrar a la casa descubrieron que estaba en ruinas. Abren un cuarto que daba a la calle y que correspondía al balcón donde se había visto con aquella joven y descubren que estaba totalmente tapizado y no entraba ningún rayo de luz. Alumbrados con lámparas y velas descubren horrorizados dos esqueletos; el de un bebé y  el de una mujer que sostenía en sus blancuzcos huesos de la mano la mitad de un abanico de concha nácar. El sacerdote eleva oraciones y esparce agua bendita por el eterno descanso de esas inocentes almas, mienstras   que Longinos llora desconsoladamente al recordar que Rosaura Alcérreca fue una de las mujeres que engañó y abandonó a su suerte. 
       Sale de la casa angustiado y en el camino lo alcanza el esposo de la última mujer a la que engañó, quien le reclama y mata a Longinos. En ese instante, una carcajada burlona y siniestra cubre la noche......

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martes, 26 de mayo de 2015

La hechicera de Kabah, mamá del Enano de Uxmal


 La antigua ciudad maya de Uxmal es considera actualmente Patrimonio Cultural de la Humanidad, título otorgado por la UNESCO en 1996. Uxmal se encuentra ubicada en el Estado de Yucatán, México. Fue construida durante el periodo clásico y tiene una altura de 35 metros, con una base rectangular cuyo lado mayor mide 53.5 m. Edificada totalmente de piedra.

 Entre sus edificios sobresale La Pirámide del Adivino o del Enano de Uxmal, del cual existe una leyenda relacionada con su llegada al trono y cómo se convierte en el rey de esa región, gracias a la orientación y protección de su mamá, la hechicera de Kabah.

 La leyenda nos narra acerca de una sabia anciana dedicada a la hechicería o brujería, conocedora de los secretos de la herbolaria y considerada una chamán. Los chamanes tenían diversas funciones como médicos,  interpretadores de sueños, tener la capacidad de comunicarse con los dioses, con los muertos, ser curanderos, adivinadores, etc.

Ella no podía tener hijos y le pedía a los dioses que le concediesen ser madre. Uno de los dioses, Chic- Chan (Dios de la fecundidad) se apiadó de ella y le puso en su camino un huevo, que ella llevó a su casa y lo cuidó con mucha ternura. Grande fue su sorpresa que al paso del tiempo, del huevo brotó un niño que tenía la capacidad de adivinar el futuro, por lo que se le llamó el Adivino, el cual fue aprendiendo todo lo que ella le enseñaba, pero no crecía a pesar de que llegó el tiempo en que le creció la barba y los cabellos. El enanito era muy curioso y quería saber que tenía oculto su mamá detrás del fogón al que ella siempre le pedía que no se acercase, ni tocase nada de ahí. Un día, aprovechando que ella salió a realizar su trabajo, él encontró oculto entre las cenizas, un tunkul (instrumento de percusión, hecho de madera), y lo tocó. Fue tan fuerte el sonido que se escuchó en toda la región. La pobre hechicera regresó desesperada a su casa pues sabía que quien tocase el tunkul que ella protegía, retaba al rey gobernante de ese momento y si le ganaba se convertiría en el nuevo rey. Para ello tenía que vencerlo en un reto. Tan pronto llegó, también llegaron los emisarios del rey de Uxmal para pedirle que se presente en el palacio pues tenía que enfrentar al rey en varios retos muy difíciles. El hijo de la hechicera pasó con éxito todas las pruebas. La última prueba era romperles con un mazo de piedra toda una cesta de cocoyoles en la cabeza de cada uno. Primero fue en la cabeza del enano, quien aguantó y al final se levantó sonriente. Subió el rey al cadalso para la prueba, pero al primer golpe, cayó muerto. De esta manera el enano se convirtió en el rey. Se cuenta que fue gracias a la magia que su mamá hizo, al proteger la cabeza del enano con una especie de casco que parecía la cabeza rapada de su hijo. Otra parte del misterio, es que el Castillo del Adivino fue construido en una sola noche, mientras la población dormía.

 Entre los consejos que su mamá le dejó está:

“Se justo y enfrenta siempre la verdad, no olvides que es más importante ser bueno que ser justo.”

“Sigue la voz de los dioses, pero oye la de los hombres.”

“ Nunca desprecies a los humildes y desconfía siempre de los poderosos”.



 
 

martes, 19 de mayo de 2015

La Malinche o Malitzin

La Malinche fue una de las 20 indígenas regaladas a Hernán Cortés en abril de 1519, por el cacique de  Tabazoob, actualmente Tabasco, México.
 Malitzin, Malinche o doña Marina (nombre puesto al ser bautizada al catolicismo), tuvo una vida difícil, pues a pesar de haber sido la hija del cacique de la comarca de Coatzacoalcos (en el Edo. de Veracruz, México) fue vendida por su propia mamá cuando su padre murió, ya que se había vuelto a casar y quería que su nuevo hijo ocupase el puesto de su difunto esposo.
 Al paso de los años, Malitzin se convierte en una mujer de extraordinaria belleza e inteligencia, y además poseía una gran facilidad para las lenguas. Dominaba el maya, y pronto aprendió el náhuatl y el castellano.
 Cuando fue regalada a Cortés, éste no conocía estas habilidades de la Malinche y la entrega a don Alonso Hernández de Portocarrero. Al darse cuenta de que ella podía comunicarse fácilmente con los indígenas y con Jerónimo de Aguilar, la lleva con él para que le traduzca e informe de los planes de defensa y ataque que los indígenas planeaban para liberarse de la conquista española.
 Fue sin duda una mujer odiada y repudiada, tanto por los indígenas como por los españoles, quienes la discriminaban por su origen y los indígenas la veían como una traidora a su causa.